Tengo mucho cuidado al asociarme con organizaciones comprometidas con los estándares éticos y la preservación de las habilidades artesanales dentro de la comunidad. Estoy orgulloso y profundamente agradecido de trabajar con un equipo increíblemente talentoso, profesional y atento para hacer realidad los productos ESKO. Colaborar con Gaya Ceramics fue clave para convertir los conceptos iniciales en realidad y lograr un producto altamente elaborado. También hay una cierta profundidad en saber que cada pieza se hace en un entorno comunitario de apoyo.

Las cerámicas en sí están hechas individualmente a mano mediante una combinación de métodos, en el torno y a mano utilizando porcelana duradera de alta calidad. La calidad es evidente al primer toque: su textura, peso y equilibrio. Tienen proporciones delicadas pero son fuertes y duraderas, con una sensación de textura que es tan hermosa como un placer usarlas.

Una vez formada la arcilla, se somete a una serie de pasos de cocción y vidriado para lograr la pieza final. Cada pieza se cuece a 1280 grados para garantizar un producto muy duradero y funcional, apto para lavavajillas, microondas y horno. Una vez realizadas las primeras muestras, se envía un prototipo inicial y a partir de ahí es posible que sea necesario resolver algunos ajustes y cuestiones técnicas, siempre con un alto grado de mimo y atención al detalle.

Además de dar vida a los diseños, se dedica mucho tiempo y esfuerzo a perfeccionar los esmaltes con Gaya Ceramics, y se eligen paletas sutiles y terrosas por su capacidad para brindar calma y calidez.

Es con este profundo respeto por la alta artesanía y la singularidad del proceso hecho a mano, que impregna todas las cerámicas de ESKO y espero que las disfrutes tanto como a mí me ha encantado crearlas.

Fotos cortesía de Cerámica Gaya.